En la añada 2006 un grupo de personas, entre ellos algunos viticultores vinculados al entorno de Olmedo y su comarca, decidieron que había llegado la hora de dotar a la Villa del Caballero de un lagar que elaborase vinos de calidad dentro de la Denominación de Origen Rueda, en cuyo ámbito geográfico se encuentra la histórica y monumental villa vallisoletana. Han pasado 12 años, y de aquellas primeras campañas en las que se recolectaban en torno a 450.000 kilos de uva y se elaboraban cerca de medio millón de botellas de vino, hemos llegado a lanzar a los mercados todos los años una media de 2.300.000 botellas de vinos blancos, amparados por la DO Rueda. Desde el principio fue el enólogo vallisoletano Aníbal Asensio el encargado de diseñar unos vinos capaces de viajar a los mercados internacionales. Aníbal, con 40 años de experiencia, curtido en mil malolácticas y buen conocedor de los vinos del Duero, supo extraer de las plantaciones de uva verdejo de los socios de la bodega las cualidades de la de esta cepa y de la variedad sauvignon blanc, que ha trasladado a la etiqueta durante doce años. Los vinos, en todo momento, se limitaron a mantenerse dentro del marco reglamentario de la DO Rueda, respetando las tipologías y contribuyendo a su propia divulgación. Así el verdejo más expresivo lleva la contraetiqueta de Rueda. Los vinos blancos jóvenes de la variedad verdejo predominan en un 95 %, el resto, los elaborados con sauvignon blanc, los blancos semidulces, los fermentados en barrica y algunas marcas de vinos jóvenes, completan una oferta que está muy presente en el mercado regional.

Entre los socios fundadores están los olmedanos Jose María Rodríguez y Felipe Molpeceres. Esta bodega nació al amparo de la Virgen de la Soterraña, debido al corazón mudéjar de muchos de los socios, y hoy el río Eresma es el que capitaliza la imagen de sus vinos y de la propia bodega. Su emplazamiento, en las proximidades de Olmedo, junto a la actividad industrial de la zona, lejos de aislarla la ha convertido en el ejemplo de un proyecto vitivinícola identificado con la villa de Olmedo. Una localidad vallisoletana que mantiene a lo largo del año una interesante agenda cultural, por su oferta museística, por su agenda literaria y por su patrimonio histórico monumental. En este sentido, la bodega Eresma ha sabido identificarse con la localidad, con Olmedo, y desde la oferta enoturística de la bodega se colabora con las visitas, las acciones gastronómicas y el calendario turístico de la Villa del Caballero.

Aníbal Asensio, que ya cuenta con la participación de su hijo Rubén en la bodega y con respecto al futuro de la zona adelanta que los próximos años Rueda seguirá dominando los mercados del vino de calidad. Aunque no descarta que pudieran surgir nuevos diseños enológicos como el de los vinos de antes, los célebres soleras y los asoleados hoy contemplados como Dorados Rueda. Eresma apuesta por los blancos, verdejos, fermentados en barrica, y por un vino dulce que sigue acaparando la atención y los gustos del mercado. Por el momento, la bodega Eresma cuenta con 14 socios, que son propietarios de 200 hectáreas de viñedo, localizadas mayormente en los términos de La Seca, Serrada y Valdestillas. La producción anual alcanza los 2.5000 de kilos, que suponen una media de 2.300.000 botellas al año, de los que el 20 % se exportan fundamentalmente a Centroeuropa y el Caribe, y el resto en el mercado nacional. Pero Aníbal señala que, además de venderse fuera, también «se beben nuestros vinos en la hostelería de Olmedo, junto al mudéjar y a Lope de Vega», y eso tiene mucho valor pues «somos aceptados en nuestra propia casa».

Anibal Asensio y su hijo Rubén en la fachada de la bodega en Olmedo

FUENTE: La Posada de Vinos